Jerry B Martin Blue Pieces.
[Texto escrito para la presentación de la muestra Jerry B Martin Blue Pieces, primera individual de Jerry B Martin, y exposición inaugural de Galería Revólver. Lima, junio 2008]
Jerry B Martin Blue Pieces es la primera parte de una obra mayor de tres apariciones; una trilogía gradual de afuera hacia dentro, y un anillo.
En esta ocasión, el autor desnuda ante nosotros algunos procesos identitarios. De una parte el de la persona que es él en tanto hombre nacido de varón y mujer y educado en escuela y hogar, heredero de genes y tradiciones culturales que lo vinculan, tal vez no sin conflictos, con algunas de las procedencias discursantes ahora en su trabajo; por otra parte, el trazo identitario del artista profesional limeño, formado entonces en un medio acostumbrado a los referentes “al día” sin mucho proceso cognitivo que digamos, situación dada en la que se propone ir contracorriente para volver sobre sus pasos –y los nuestros- con una mirada juiciosa sobre “lo que está detrás de todo esto”.
Lo hace sistemáticamente, a través del análisis trans-mimético de discursos e imágenes de alta difusión global que a su vez critican -en el sentido de observar desde una perspectiva determinada- creaciones emblemáticas de artistas estadounidenses, europeos, japoneses y “fluxenses” que constituyen base innegable de sus procesos creativos.
En esa tarea el artista aborda, más que estilo, medio o lenguaje, el meollo de la taladrante difusión reproductiva y el universo ideológico, político y geopolítico -con frecuencia no explícito pero entrelegible- bajo cuyo influjo dichas concepciones se erigieron en plena Guerra Fría, con las guerras de Corea e Indochina aún humeantes y el final de la de Argelia, abarcando casi toda la Guerra de Vietnam, pasando por Bahía de Cochinos, la Crisis de los Misiles y la Operación Cóndor en seis países sudamericanos, entre otros hechos que junto a los papeles de los circuitos culturales eruditos y masivos, las revistas intelectuales, fundaciones culturales, museos y muchas otras estrategias y sucesos marcaron, desde el poder global, el espíritu y pensamiento de los autores sobre cuyas huellas el artista latinoamericano que nos ocupa deposita ahora su lupa.
Tres piezas resumen la lógica estructural de Jerry B Martin Blue Pieces: un vídeo que es teorema y corolario del proceso asimilativo-cognitivo de una vida y de la intensa preparación de esta muestra (el conocimiento pasa y cambia por uno, uno pasa y cambia para siempre por el conocimiento), y de paso entrada y salida nuestra a este interior en el que el artista nos dispara sus jugos gástricos (nosotros somos parte de su toma de conocimiento, nosotros también somos procesados); la biblia –libro de los libros- de la exposición a la que, curiosamente, el artista llama “mi pieza” como si las otras no lo fueran, delatando su conciencia de que en ella resume el bolo alimenticio y la defecación en una sola masa que reúne, al detalle, todo el contenido gráfico-textual de la muestra entera, el cual ha sido devorado por el artista y descompuesto en aminoácidos, minerales, vitaminas, carbohidratos, azúcares, grasas y toxinas por su pensamiento y su inseparable planillera Remington; y finalmente la pieza de cuatro minutos y treinta y tres segundos, en la que el paroxismo de su análisis trans-mimético es pleno por la ausencia absoluta de “texto” y “tipeo” que son la presencia total de la obra aludida y su discurso. El conocimiento de la ausencia de conocimiento.
Tres ejes de observación organizados espacialmente en la sala: paso y asimilación de la información por el cerebro, confrontación de ideas, tradiciones, orígenes y generaciones; política constitutiva-manipulativa de los fenómenos culturales y artísticos, canales del poder en sus formas simbólicas y fácticas –y por ahí que mágicas-; y finalmente la estructura web navegable de toda la muestra por el sinnúmero de clics que el artista ha hecho, como por ejemplo las nociones de interpretación, referente y reproducción, de estructura, superestructura y funciones de las partes en la organización del conocimiento (la unidad en la totalidad, la totalidad en la unidad). Todos los ejes confrontan reproducción, idea y plasmación, lo mismo que tiempo, espacio y materia, texto, imagen y difusión.
La cognitividad brota a través de un trabajo intelectual y artesanal (mirar, leer, pensar, escribir, imaginar, configurar, reconfigurar) que permite a cada quien la posibilidad de ver cómo lo que imaginamos (las imágenes y discursos que configuramos) es edificado, a veces, sin cimientos.
Emilio Santisteban